miércoles, 11 de diciembre de 2013

A la caza de un «minijob» alemán
Gallegos, vietnamitas y tailandeses rivalizan en Berlín por míseros sueldos de 450 euros. Cuatro de cada diez emigrantes regresan frustrados ALFONSO ANDRADE Redacción / La Voz 11 de diciembre de 2013 05:00 En el curso de la UNED sobre el mercado alemán se explicó la reducción impositiva del sueldo.SANTI M. AMIL La tierra prometida del Rin hace mucho que dejó de ser vergel de la emigración. Aquel Shangri-La del empleo siderúrgico, casita en las afueras y Mercedes en la puerta se ha esfumado en un país en el que vietnamitas, tailandeses, búlgaros y algún gallego sin idiomas se dan de tortas ahora por las sobras del mercado: los minijobs, pequeños empleos en los que se cobra un máximo de 450 euros para no declarar renta. Alemania necesita mano de obra y sale a buscarla. Forma a vietnamitas en enfermería o turismo y los incorpora al país, donde compiten con muchos de los gallegos que llegan a Berlín sin el paracaídas de la lengua, con este resultado: «4 de cada 10 regresan a Galicia frustrados», precisa Luis Gulín, traductor de alemán y experto en derecho, medios de comunicación y comercio exterior. El año pasado partieron 260, según el Instituto Galego de Estatística. Para evitar el descalabro están precisamente los cursos de formación sobre el mercado laboral germano, como el que Gulín impartió ayer en la UNED de Ourense. La fórmula mágica para triunfar es sencilla: «manejar el idioma y conocer sus costumbres antes de aventurarse». Partir es duro incluso para los alumnos aventajados, que se cuelgan el macuto al hombro con el entorchado de ingeniero pisoteado por los ERE y hartos de vender tarifas de móvil o extinguir incendios en el monte. «A mí me tocó apagar Manzaneda este verano, y está bien pagado, pero son solo dos o tres meses», lamenta Roberto Carlos Reboredo, ingeniero técnico forestal de Pereiro de Aguiar. «Aquí solo trabajan los que tienen amigos, enchufes», sostiene, así que probará fortuna en Alemania, donde cree que las cosas son «más justas». De allí regresaron con la vida resuelta numerosos padres de gallegos que vuelven a emigrar hoy. Es el caso de Roberto Martínez. Maneja el alemán porque vivió hasta los 14 años en ese país. Sus progenitores son de esos heroicos paisanos que se partieron el lomo en trabajos humildes entonces bien pagados y lograron regresar para darle a su hijo la carrera de Económicas. «Ya estuve allí este verano. De conserje en un hotel, cuidando ancianos... Y por unos 1.200 euros al mes. No es muchísimo dinero, pero es que por cuidarlos en Ourense me daban 800». Algunos trabajos a los que optan los españoles son los llamados «midijobs, algo así como empleos intermedios y que reportan salarios de 450 a 850 euros», explica Gulín. El perfil de los solicitantes: universitarios y titulados de FP, de unos 40 años y zarandeados por el clavo de «la hipoteca y las cargas familiares». El manejo del idioma determinará también el nivel de ingresos. Elena Morenza, profesora de inglés y español, ya residió el año pasado en Dusseldorf, donde sigue su pareja. Pero no se irá a trabajar hasta adquirir, dice, «el alemán suficiente». ¿Y qué se aprende en el curso de la UNED? Pues que Alemania no tiene aún salario mínimo; que los severos impuestos amputan un sueldo bruto de 1.500 hasta 1.081 euros, que un enfermero gana 2.500 brutos o que si uno es católico practicante tendrá que dejar un generoso 8 % en manos de la Iglesia.

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CRISIS DEMOGRÁFICA La emigración rebasa a la inmigración por primera vez en 20 años Cada día se van 70 residentes, 10 más que hace cinco años, de los que el 54 % son extranjeros CARLOS PUNZÓN Redacción / La Voz 11 de diciembre de 2013 09:27 La emigración rebasa a la inmigración en Galicia por primera vez en 20 años Cada día se van 70 residentes, 10 más que hace cinco años, de los que el 54 % son extranjeros Galicia ya no atrae y vuelve a reeditar su antiguo papel de tierra exportadora de mano de obra, o al menos de demandantes de trabajo en otras comunidades y países. Aunque no hay estadísticas específicas más allá del 2002, los parámetros de variaciones residenciales utilizados por los especialistas han dibujado tras la explosión migratoria de los años sesenta y setenta un escenario con más inmigrantes que emigrantes que ahora se acaba de evaporar. Son ya más los que salen que los que llegan de fuera para instalarse en Galicia. Según los registros hechos públicos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el año pasado se cerró con 163 emigrantes más que inmigrantes, pero dicha tendencia de práctico equilibrio no ha hecho más que empeorar, y de manera notable en el presente ejercicio. En el primer semestre del 2013 se fueron 1.961 personas más de las que llegaron. Hace tan solo dos años, en el 2011, el panorama migratorio de Galicia era radicalmente diferente: eran 3.134 más los que venían a la comunidad a vivir que los que emigraban, por no hablar del 2008, cuando ese saldo era también positivo en 14.674 personas o en 20.919 un año antes. La radiografía del cambio de tendencia que se acaba de contabilizar entre enero y julio viene dada por un ligero repunte al alza en la emigración de residentes en Galicia hacia el extranjero, por el mantenimiento del contingente que prueba fortuna en el resto de España como también del que viene de otras comunidades, pero sobre todo por la drástica caída de la inmigración procedente del extranjero. En el 2008 habían llegado a Galicia de otros países casi veinte mil personas y cuatro años más tarde ya solo eran 9.199. En la primera mitad del presente año la cifra de nuevos residentes venidos desde el extranjero ya ha caído a 3.876, quedándose así lejos de la tendencia del año anterior, hasta ahora el peor de lo va de siglo en dicho parámetro. Mas emigración autóctona Uno de cada tres inmigrantes llegados desde el extranjero este año tiene nacionalidad española, relación que en el 2008 era de uno de cada cinco. Y los que se van de Galicia ahora poseen en un 46,6 % la nacionalidad española, porcentaje que hace cinco años se situaba en el 39 %. Es decir, vuelven bastantes de los que se habían ido y cada vez son más los gallegos que se lanzan a buscar suerte fuera como hace gran parte de la colonia extranjera retornando a sus lugares de origen o probando nuevos escenarios. Sumando los residentes que se van desde Galicia a otros países y autonomías, la comunidad está perdiendo este año cada día por la vía de la emigración 70 habitantes, tres más por jornada que el año pasado, pero diez más que en el 2008, fecha de referencia en el INE para el estudio de los movimientos migratorios. De los 12.853 residentes gallegos que se han marchado en los primeros seis meses del año, el 55,8 % han recalado en otra autonomía y el resto en el extranjero. Hace cinco años el volumen de habitantes gallegos que se marcharon a otros países era del 33 %, once puntos menos que ahora. España también pierde La situación de Galicia forma parte esta vez de un contexto similar para el conjunto del Estado, que ve perder en seis meses 124.915 habitantes en la relación entre inmigración y emigración. Canarias y Baleares, en su caso muy ligeramente, son los únicos territorios que consignan un crecimiento de su colonia extranjera, siendo en el extremo contrario espectacular la pérdida de foráneos de Madrid (-44.111) y Cataluña (-31.330). Los rumanos, el primer grupo de residentes extranjeros en España (769.608), pierden a 23.000 integrantes al igual que Marruecos, origen del segundo colectivo. Ecuatorianos se han marchado 28.701 y colombianos otros 28.328 en una dinámica general que ha rebajado en un 4 % el número de extranjeros. carlos punzón